Mariposas desbocadas, por dentro de mi cabeza, dando vueltas como negras piedras de azabache, que me mueven alocada mente sin poder evitarlo.
Neuronas, que no se quedan quietas y te van recorriendo por la suave piel y que van subiendo poniéndote los pelos erizados.
Escalofríos, con sabor a hiel que se te meten hasta los mas recónditos huecos de las entrañas.
Perlas transparentes, que se transforman en dulce lluvia de tus ojos y que se van helando, como copos de nieve y deshaciéndose por la salada piel de mis mejillas.
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