Como alma en vilo llevada por la noche,
frío que te hiela las entrañas
Hielo que te transporta al interior del alma,
a mi esencia femenina de mujer.
Como líquido brillante que baja por mi pecho
y que se detiene en los poros de mi piel.
Piel que se eriza por tus quejumbrosas caricias
y llegan hasta lo más profundo de la esencia de mujer.
Caricias de suave terciopelo,
finas como la seda y dulces como la miel,
y de mariposa también.
Quejidos de la madrugada ya totalmente embriagada
por tu ser.
Décimas de segundos que no se pueden coger.