Sonrisa helada de escarcha,
fría y sin consuelo.
Noche serena que se escapa entre los dedos de mis manos.
Aullido de lobo a lo lejos.
Luna llena entre montañas.
Desarrapada mañana.
Zumbido agonizante,
entran en mi sien,
mariposas que pululan,
a su libre albedrío.
Heridas que no sanan
con el calor de la mañana.
lunes, 21 de mayo de 2012
martes, 15 de mayo de 2012
SERPIENTE INTRUSA
Echaba de menos tu compañía y tus ansiadas manos amigas.
Aquellas conversaciones de adolescentes que a veces reíamos, otras llorábamos o mismamente nos emocionábamos, esas que casi llegábamos a extasiarnos.
Días de dicha y de desdichas de me toca a mi y no a ti.
De personas coherentes e incoherentes, de juventud con pocos años, de deportes con fútbol y balonmano.
De sexualidad reprimida, y sin consuelo compungida. Deseos de niños adolescentes y más tardes algunos salieron repelentes.
De sentadas, en verano al césped con sones de guitarra y cantos, de festivales en colegios privados y verbenas de bailes inmaculados.
De fiestas nacionales con días de campo, con balón, a jugar a quitarnos lo, con mochila en la espalda y caminata de ida y vuelta que bien nos lo pasábamos.
Juventud que siguió estudiando para salir del pueblo, y así sin darnos cuenta todos nos fuimos desperdigando.
Pero aquella esencia de niñez y juventud, algunos que no queremos perder, la seguimos conservando.
Con figura, que casi no recuerdo por el paso de los años, sin verlo (que no son diez años, sino quince), de silueta callada y oscura.
Esencia interna y profunda, pero de puro miedo, y temor ante la vida y la duda.
Vida de niño mimado, consentido y también de niño huido, y por supuesto de niño super protegido.
Niño de moto negra, para subir por las alturas, para ver las estrellas, el sol y la luna.
Niño escurridizo como cisne negro, porque él pone todo su empeño.
(Dedicado a mi amigo A.R. que le gusta su vida tal cual)
domingo, 6 de mayo de 2012
AROMAS DE NIÑEZ ENTRE NIEBLAS
Escondido entre la niebla,
del puente sobre el río
a su paso por su ciudad.
Ojos que no quieren
ver más allá del olvido.
Aroma entre tinieblas,
dulzor amargo de niñez,
ya dormida por el paso de los años.
Búsqueda entre costuras,
de descosidos desgarros en la piel.
Tortura de antaño,
escondida entre las entrañas.
Solitario y agonizante desconsuelo.
Gritos de garganta, arrullo de voz.
Olvido que no se queda inquieto,
torbellino de pasiones sin consumir.
Desánimos a raudales,
semilla de perfilada mujer asustada.
Desmesura inquieta de querer
y no poder.
Animos de esperanza
de volver a sentir.
Niebla que se disipa,
como embrujo de la noche.
por tu sentir de amistad olvidada.
Relámpagos y crujidos que pronto tocarán a su fin.
del puente sobre el río
a su paso por su ciudad.
Ojos que no quieren
ver más allá del olvido.
Aroma entre tinieblas,
dulzor amargo de niñez,
ya dormida por el paso de los años.
Búsqueda entre costuras,
de descosidos desgarros en la piel.
Tortura de antaño,
escondida entre las entrañas.
Solitario y agonizante desconsuelo.
Gritos de garganta, arrullo de voz.
Olvido que no se queda inquieto,
torbellino de pasiones sin consumir.
Desánimos a raudales,
semilla de perfilada mujer asustada.
Desmesura inquieta de querer
y no poder.
Animos de esperanza
de volver a sentir.
Niebla que se disipa,
como embrujo de la noche.
por tu sentir de amistad olvidada.
Relámpagos y crujidos que pronto tocarán a su fin.
(Dedicado a mi amigo del Alma: A.R.R.)
Soledad que se escapa entre los dedos de mis manos.
Aire frío y helado de corriente impenitente.
De sabor a escarcha y agonizante corazón.
Como bendita agua de rocío y lluvia de nubes negras,
incansable viento de vaivén,
como aquel que es ciego porque no quiere ver.
Suave piel erizada, entrañas de hiel,
canto agonizante, rechinar de dientes
y mal sabor de boca,
con palabras que se vienen a mi garganta
y que no desprenden sonidos.
Aire frío y helado de corriente impenitente.
De sabor a escarcha y agonizante corazón.
Como bendita agua de rocío y lluvia de nubes negras,
incansable viento de vaivén,
como aquel que es ciego porque no quiere ver.
Suave piel erizada, entrañas de hiel,
canto agonizante, rechinar de dientes
y mal sabor de boca,
con palabras que se vienen a mi garganta
y que no desprenden sonidos.
Desde el desfiladero se ve el paisaje
que los buitres y las alimañas acechaban por doquier.
Pobres animales capturados,
gritos agonizantes, con sabor amargo de hiel.
Quejidos y lamentos de animal salvaje,
por no dejarse atrapar en redes, que le desean mal.
Suspiros de animal herido, canto de suave agonía,
desdicha sin resolver.
que los buitres y las alimañas acechaban por doquier.
Pobres animales capturados,
gritos agonizantes, con sabor amargo de hiel.
Quejidos y lamentos de animal salvaje,
por no dejarse atrapar en redes, que le desean mal.
Suspiros de animal herido, canto de suave agonía,
desdicha sin resolver.
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