sábado, 12 de enero de 2013

MIRE TUS OJOS TRISTES







Miré tus ojos tristes 
como la noche sin estrellas,
Con tu boca entreabierta sin decir palabras,
pues tu garganta calla.
Sonidos que no salen, pues no se les escucha.
Negra noche de madrugada helada.
De estrellas sin cielo o de cielo sin estrellas.
De madrugada callada como tu boca que no habla.



HUELLAS

Desde el balcón de los sueños rotos, 
con costuras de piel erizada.
Pasos que dejan huellas, 
ánimas de velos blancos,
con transparencias cansadas. 
Huellas imborrables
de amaneceres incansables.
Espadas con sangre derramada, 
hogueras que no calientan
con maderas de torturas.


ESPESA NIEBLA

Por entre la maraña de la espesa niebla
te veo a lo lejos con suaves gestos de niño viejo
Como músico que se tambalea en cuerda floja 
de agonizante amargura
 violinista que atrapa notas de música 
que llevan poemas de amor
 marchitandose con el paso de los cansinos días, meses y sus años.




jueves, 10 de enero de 2013

LOBOS ENTRE LA MANADA






Luz en la noche de estrellas que no emiten
Madrugadas negras sin tu mirada
Lobos que se encerraron entre la manada
Rosas con perfume de empalagosos aires 
que te embriagan hasta las entrañas
Aromas de dolor que se clavan en mi piel
Cuentos de lo que hicimos y no pudo ser

PEDACITOS DE CORAZON

De violenta armadura va camino el peregrino
limpieza pura de imágenes pasadas
presente encendido de ánimas aladas
boca de fresa con sabor de emoción
Caminante del camino de paso cansino 
con carga de mochila incansable
de pedacitos de corazón con todo su amor.






miércoles, 9 de enero de 2013

NUNCA OLVIDES...

CONVIRTIENDOME EN HADA

Cuando me di cuenta que existía, estaba metida dentro de un armazón, no podía moverme pues era bastante estrecho. Pero de pronto noté que algo en la espalda se me movía, mi piel empezaba a rasgarse.
Del mismo dolor, que inundaba todo mi ser, no me enteré que mi morada era el capullo de un gusano. 
Vive dios que cuando me di cuenta, se me quito un gran peso de encima, pues aunque no lo parezca pero ya sabia donde estaba y lo que era.
Después de varias noches, con sus días, a mi casa se le hizo un agujero. 
Yo que era algo traviesa salí a indagar que era eso.
Que susto me paré en seco, pues la altura hasta el suelo era considerable y si me caía me aplastaría.
Con mi dolor en la espalda, me moví y sin querer me encontré bajando deprisa desde el árbol al suelo.
Pero mi instinto y la supervivencia se hicieron eco en mi y como quien no quiere la cosa, el dolor de mi espalda se hizo insoportable, y cual alas de ángeles, mariposa o hadas, se me desplegaron y me dejaron volar por los aires.
Aterricé en pleno suelo sin un rasguño que lamentar.
Mis alas me hicieron ver la realidad, me convertí en un Hada con sus alas y su luz centelleante.