Aprendiendo con la congoja
Benditos besos divinos
que suben cual la hiel a mi boca,
con amargura calma y loca,
por desenredarse de la maraña
como raíces en la profundidad del alma .
Cansino viento de vaivén
que te duele hasta las entrañas,
esencia de llanto interno,
que puede quemar por no ser tierno.
Llanto agonizante de puro semblante,
llanto dormido y todo calmo sin motivo.
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